Después le dijo al rey: Toma las flechas. Al tomarlas el rey, Elíseo le ordenó: Ahora golpea el suelo. El rey golpeó el suelo tres veces, y se detuvo. Entonces el profeta se enojó con él y le dijo: Si hubieras golpeado el suelo cinco o seis veces, habrías podido derrotar a los sirios hasta acabar con ellos; pero ahora los derrotarás sólo tres veces. 2 Reyes 13:18-19 DHH
Una historia que me apasiona de la biblia es cuando el rey Joás fue a ver a Elíseo, es talvez la historia que más me reta, es la que cuando ya no tengo ganas de continuar me motiva y me desafía, si tu la conoces, sabes lo que perdió el rey Joás a causa de darse por vencido, cada vez que estudio esta parte de la biblia, me molesto muchísimo con el rey Joás, porque identifico muchas momentos de mi vida, cuando me he rendido, cuando he estado a punto de rendirme y cuando a pesar del dolor he decidido continuar, no se creo que mi vida no ha sido fácil, como tampoco puede ser la tuya, recuerdo que cuando era adolescente, no podía comprender porque Dios me envió a la familia que me envió, porque no pude nacer con padres millonarios, en serio era tanta la escasez, que soñaba con volver a nacer pero en una familia de millonarios, claro ese sueño jamás se hizo ni se hará realidad, porque Dios no te da lo que tu deseas, sino lo que necesitas, algunas veces me he sentido tan solo y no quiero que lo mal intérpretes, sino que muchas veces no he tenido el apoyo que deseaba en esos momentos difíciles, en los momentos de gritar y llorar lo he tenido que hacer solo, recuerdo cuando mi esposa tuvo que tener por la fuerza a mi hijo, porque corría el riesgo de ahogarse en el vientre , ella iba a consulta y se tuvo que quedar, para que le provocaran los dolores de parto, porque mi hijo tenia muchas posibilidades de morir sino intervenían, esa noche solo en mi casa llore como nunca, clamándole a Dios que todo saliera bien, pero con el dolor de escuchar a la gran mayoría de la iglesia murmurar y hablar mentiras sobre mi matrimonio, cuando vi a mi hija desvanecerse en la iglesia, a causa que el líder de la misma se había enojado cuando baje a decirle que mi hija estaba enferma y tenía que irme a la casa, él pensó que no quería estar en el servicio y que solamente estaba inventando una excusa por lo que me dijo que no podía irme, el dejar a mi esposa y a mi hija en el hospital y ser fuerte frente a mi hijo, llorar por la madrugada, porque no me parecía justo que sirviendo Dios no pudiera cuidar de la salud de mi hija, qué decir del día que nos quedamos solos con mi madre, cuando había que celebrar el día del padre, cuando debía estudiar unos minutos antes de los exámenes con libros prestados porque eran los libros o la comida, cuantas oportunidades he tenido de rendirme, de darme por vencido, pero esa historia ha venido una y otra vez a mi vida, desde que soy un niño, talvez por eso es una de las primeras historias que conocí, siempre pienso y si este es el tercer golpe, o si talvez por rendirme hoy pierdo todo por lo que he luchado, por eso me cuesta mucho comprender cuando alguien se rinde, cuando alguien se da por vencido, cuando alguien abandona, no lo entiendo, no logro explicarme en qué momento dejan todo, sabes Dios no nos prometió una vida sin golpes, sin dolores, sin decepciones, sin traiciones, sin heridas, pero si prometió que iba a estar con nosotros siempre, cada uno de nosotros tenemos narraciones intensas de momentos fuertes, algunas mas dramáticas que otras, pero no pueden ser lo suficientemente fuertes como para darnos por vencidos, porque el mejor ejemplo lo tenemos en Jesús, crees que tu dolor se ha comparado con la cruz, crees que la traición que te hicieron se compara a la de judas, crees que las criticas o chismes en la iglesia, se comparan a la que los fariseos le hicieron, claro que no, por eso Jesús es el autor y consumador de nuestra Fe, porque nunca se dio por vencido, si el hubiera estado en el lugar del rey Joás, te aseguro que hubiera golpeado el suelo hasta que su mano sangrara, cuanto tiempo llevas golpeando el suelo, talvez no el suficiente o talvez años no lo sé, pero lo que si te puedo asegurar, aun no es suficiente, no te canses, no te rindas por favor no lo hagas, la perseverancia es el musculo de la Fe, no decaigas en este instante, aun cuando todo parece perdido, sigue golpeando, aun cuando parece que nunca habías atravesado una época tan dura, sigue golpeando, porque será Dios quien te diga hasta cuando y ese día, será tu mayor victoria.