Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
Mateo 11:28 NVI
Fue bastante interesante ver mi resumen de la música que más escuche este año, me lleve muchas sorpresas, hablando con mi esposa le comentaba, que la sorpresa más grande, fue ver cuál canción había sido la más escuchada, ni me lo imaginaba y tampoco que tantas veces la había escuchado, pero creo que la música que escuchamos, es la que narra un poco el momento que estamos viviendo, venia manejando hacia mi casa, habían sido días bastante complicados, puse Spotify y escuche una canción que me atrapo instantáneamente, en una parte de su letra dice “necesito otra vez sentirte aquí, quiero hundirme en tu mirada sobre mí, navegar en las corrientes de tu amor y adorarte como antes mi señor” fue un golpe muy fuerte, el escuchar las palabras que en ese momento necesitaba decirle a Dios, necesitaba hundirme en Él, literalmente necesitaba sentir las corrientes de su amor y adorarlo como lo hacía, pero tenia mucho lastre en mi vida, tenía demasiada carga, que durante años había acumulado y que hacían imposible continuar, lo peor es que yo me negaba a soltar todo ese lastre, no se cuantas noches y por años clame, pidiendo que toda esa carga que tenía pudiera cambiar, pero como podrás imaginar no resulto, era demasiado agotador y en especial este ultimo año, fue imposible encontrar las fuerzas para seguir, necesitaba aferrarme totalmente a Dios, pero cuando lo hacía, el mismo peso de la situación que estaba viviendo, hacía que me soltara, no se si te has sentido de esta manera, es como que alguien te pone pesas en los tobillos y te reta a saltar más alto, pero siendo el peso tan grande, no te deja ni siquiera despegar los pies del suelo, aun por más que tú quieras saltar, así me sentía, creo que por eso, esa canción fue mi refugio personal durante 3 meses seguidos, creo que mis hijos y mi esposa por respeto, no me decían que cambiara la canción, o talvez en el fondo sabían que tenia una carga demasiado pesada, nos hacemos tanto daño negándonos a soltar, lo que ya no nos conviene, puede que en algún momento convenga a tu vida, pero llega un instante en el que debes avanzar y por lo apegados que solemos ser, nos cuesta mucho dejarlo, hasta que sentimos que ya no avanzamos, nos sentimos tan paralizados que no sabemos que mas hacer, hay un programa que se llama Acumuladores compulsivos, estas personas tienen casas enormes, tú las miras desde afuera y dices que gran casa tiene esa persona, pero cuando entras, despiertas a la dura realidad, por dentro no tienen ni espacio para caminar de tanto que han acumulado y lloran si tu sacas aun la basura, se han acostumbrado a vivir con tantas cosas, que le dan importancia hasta a la basura, pues así es la vida de alguien que no quiere soltar para avanzar, así me sentía, no quería dejar lo que tanto daño me hacía, hasta el punto de no adorar a Dios como antes, de no buscarlo, es que aunque Jesús nos dio una vida plena, nosotros la reducimos, por todo lo que acumulamos, gracias a Dios y al consejo de personas muy sabias, me atreví a dar el paso que había postergado tanto tiempo, decidí vaciar mi vida, dejar todo lo que estaba siendo una carga en mi caminar espiritual, claro que hubieron voces que se opusieron esos nunca faltan, pero era hacerles caso y morir espiritualmente o ser un “rebelde” y renovar mi vida espiritual, fue tan fuerte el cambio, que recientemente mi hija nos preguntó qué día ha sido el más feliz de este año, la gran sorpresa fue que tanto mi esposa, como yo coincidimos en el día y fue cuando decidí sacar de mi todo lo que estorbaba, no quiere decir que ya no hay problemas, claro que los hay, pero ya no me roban la paz y volví a vivir espiritualmente, hoy te comparto este testimonio en el devocional, porque talvez tu no deseas soltar aquello que no te deja avanzar y eso te esta matando espiritualmente, has acumulado tanto que no sabes que hacer, le estas dando importancia aun a lo que te aparta de Dios, hoy es un día, en el que solo debes soltar todo eso, te aseguro que serás renovado como lo fui yo, aunque eso implique renunciar a la comodidad.
Reflexiona, ¿hay lastre en tu vida? ¿Estas evitando soltar aquello que no te conviene? ¿Tienes miedo de hacerlo?, si tus respuestas son si, es el momento de hablar con Dios y pedirle que te de la fuerza de simplemente soltar, para que tu puedas volverlo adorar como lo hacías cuanto tuviste el primer amor.