'Y partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con la última. Elías pasó adonde él estaba y le echó su manto encima. Dejando él los bueyes, corrió tras Elías, y dijo: Permíteme besar a mi padre y a mi madre, entonces te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuélvete, pues, ¿qué te he hecho yo? Entonces se volvió, dejando de seguirle, tomó el par de bueyes y los sacrificó, y con los aparejos de los bueyes coció su carne, y la dio a la gente y ellos comieron. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.' 1 Reyes 19:19-21 LBLA
La primera vez que escuche sobre el profeta Eliseo me sorprendí, ya que según los registros en la biblia Dios le permitió el doble de milagros que Elías, pero no fue hasta entendí que Eliseo paso muchos años como discípulo de Elías, que comenzó a llamar más mi atención, la biblia narra como Eliseo es llamado, pero omite en gran manera todo el recorrido de aprendizaje con Elías, salvo los últimos momentos cuando Elías es arrebatado, es allí donde Eliseo pide una doble porción, me llama también la atención como David es ungido como rey, pero luego de allí tiene que volver a cuidar ovejas y a tocar el arpa para Saul, además de evitar que lo atravesara con una lanza, o que lo persiguiera para matarlo, no digamos observar la vida de José desde que tuvo el sueño que Dios le dio, hasta que se volviera en una realidad, el secreto en todas estas historias está en la dedicación que tuvieron, ellos pudieron observar el final y eso los motivó a resistir todo el proceso que los llevaría a ese lugar, sabes hoy a nosotros nos cuesta mucho ser dedicados, somos personas que trabajamos a corto plazo, olvidando completamente que Dios trabaja a largo plazo, no te culpo, parte de culpa de trabajar a corto plazo es de la sociedad en la que vivimos, trabajamos 15 días y esperamos inmediatamente un pago, o en el peor de los casos trabajamos un mes y esperamos un pago y nuestro cerebro se programa de esa manera, todo lo queremos ya, olvidando que existe un tiempo estipulado, no podemos recibir un sueño que pensamos que mañana mismo lo recibiremos, hoy apresuramos a Dios para todo, claro que hay recompensas inmediatas, pero las que Dios da, llevan tiempo como te digo, si Dios se tomo su tiempo en la creación, como no se va a tomar tiempo en sus planes para nuestras vidas, debemos ser realistas y aceptar que aun no estamos listos para que esas promesas sean una realidad, pero eso no nos debe desmotivar, sino debe provocar en nosotros esa pasión, esa dedicación como la hubo en David, Eliseo y José, sabes uno de los pasajes que mas he escuchado predicar es el sitio de Samaria y la frase más populista que he escuchado desde los pulpitos es “mañana a esta hora”, porque así lo decreto Eliseo, pero obviamos que hubo un tiempo de sitio, obviamos que esas personas sufrieron un proceso, nos encanta pensar que “mañana a esta hora” y por eso seguimos frustrándonos y seguimos abandonando, porque llega mañana y no hay nada, dejemos ese pensamiento inmediato, las promesas de Dios no son una sopa instantánea o un preparado de café, al que solo hay que echarle agua caliente, no, las promesas de Dios cambian la vida, renuevan nuestro pensamiento, pero sobre todo nos preparan para ser las personas que deberíamos de ser al obtenerlas, así que no desesperes, sigue teniendo pasión, sigue dedicándote, que a su tiempo obtendrás ese sueño que Dios te dio, recuerda tu ya viste el final, pero no cometas el error de despreciar el proceso.
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