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SOLIDARIDAD

Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. 
Gálatas 6.2 NVI 

Iglesia, también es aprender a ser comunidad, en la iglesia de Hechos las personas eran solidarias unos con otros, creo que vivimos en un mundo que exalta el individualismo, que enaltece el yo, pero que esta muy mal preparado para ayudar al prójimo, recién venía manejando, cuando recordé la tragedia del volcán de fuego, fue impresionante como el país, se unión para llevar víveres a la zona afectada, muchas iglesias hacían transmisiones en vivo para que todos supiéramos lo que estaban haciendo para ayudar, pero siempre mi pregunta fue y con el paso del tiempo ¿qué haremos?, el primer mes la mayoría de las iglesias hacían recaudación de vivires para enviarles a los afectados, por supuesto que todos fuimos solidarios en ese momento, pero solo superficialmente, cuando la palabra de Dios habla de ayudarnos unos a otros a llevar las cargas, nos invita a ir mas allá, un poco más profundo, cuando observas un poco más allá te preguntas ¿y que de aquellas personas que en esa tragedia perdieron a un familiar?, o ¿Qué de aquel que perdió a toda su familia?, un mes de víveres será suficiente, claro rápidamente nos escudamos detrás de la frase “pero por lo menos ayuda en algo”, como te escribía, Guatemala completa se volcó a donar para la tragedia, no estamos hablando de solo cristianos, sino de todos, entonces la misma pregunta ¿Qué nos hace diferentes? Si los que no conocen a Dios, también donaron, es mas fueron a prestar sus servicios entreteniendo a los niños, formando cuadrillas de rescate y los cristianos que hicimos en ese momento, lo mismo que todos los demás, por eso es que no comprendemos lo profundo, que es ayudar a otros a llevar sus cargas, hoy en día ya nadie se recuerda de esa tragedia, pero las personas afectadas siguen arrastrando ese dolor de haberlo perdido todo, haber visto como murió un ser querido, ¿quién acompaña a esas personas?, en definitiva debería ser la iglesia, el problema que los cristianos estamos tan acostumbrados a velar solo por nosotros, o a reducir todo a si hay disponibilidad de dinero, cuando la vida de las personas puede ser cambiada con un solo abrazo, o un momento de silencio acompañando el dolor, sabes puse el ejemplo de la tragedia del volcán, pero en tu iglesia, hay miles de historias de tragedias, personas que hoy sacaron de sus hogares porque no pudieron pagar la renta, personas que no han probado alimento en todo el día, personas que perdieron un ser querido entre semana, personas que tuvieron que decirles a sus hijos que este año no estudiaran por falta de recurso, matrimonios que esta misma semana tomaron la decisión de separarse, el joven al que hoy mas que nunca se siente solo y abandonado, al niño que sufre en silencio los abusos de los padres, etc. Miles de tragedias llegan domingo a domingo a nuestras iglesias y nosotros somos totalmente ajenos a esas circunstancias, entonces no podemos aplicar esta palabra, porque no estamos ayudando a nuestros prójimos a llevar las cargas, no podemos decir que estamos preocupándonos por los demás, si ni siquiera podemos preguntarles como están, si necesitan algo, no se trata de dinero, sino que muchas veces solo es necesario una palabra de ánimo, una oración por un amigo en necesidad, debemos de aplicar esta palabra en nuestra vida y entonces si haremos una diferencia con los demás, seremos por fin la luz que esperan las personas, aquella que Jesús nos dijo que debíamos ser.