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TRANSFORMADO


En el viaje sucedió que, al acercarse a Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor. Él cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? —¿Quién eres, Señor? —preguntó. —Yo soy Jesús, a quien tú persigues —le contestó la voz— Hechos 9:3-5 NVI 

Hoy mi hija me preguntaba justamente quien es Saulo, trate de explicarle quien era y ella inmediatamente me dijo “fue el que traiciono a Jesús”, yo la corregí y le explique que ese había sido Judas Iscariote, entonces me pidió que le contara quien era Saulo y ella se asusto al contarle como perseguía a los cristianos, pero en un momento me interrumpe y me dice déjame continuar la historia y me dice fue al que se le apareció Jesús en su camino y eso lo convirtió en otro hombre, que increíble que mi hija de 6 años pueda comprender que cuando Jesús se atraviesa en nuestro camino somos mudados a una nueva persona, no a una reconstruida, sino a una nueva, por supuesto en nosotros debe haber un anhelo y deseo por ese cambio también, esto hizo que cambiara el devocional de este día, necesitamos urgentemente que Jesús se nos cruce en el camino como lo hizo con Saulo y que sea Él quien nos transforme, no un predicador, no un mensaje, sino Jesús, no quiero quitar valor al trabajo de cada pastor, evangelista o cada persona que se toma el tiempo para predicar, justo hoy en la mañana tuve que salir y me encontré a una persona con una bocina colgando del cuello y un micrófono improvisado predicando en medio de este tiempo, eso es aplaudible e imitable, pero nuestro trabajo va más allá de predicar, es provocar ese encuentro con Jesús, no un encuentro con nosotros, sino que las personas puedan ser expuestas a la luz de Jesús, recuerdo el día que me encontré con Jesús, ni siquiera recuerdo quien o que tema predicaban, lo único que recuerdo es que sentí como un amor, que jamás había experimentado me rodeaba y no podía parar de llorar (no quiere decir que tu encuentro con Jesús tenga que ser igual al mío), de pronto solo podía pedirle perdón, decirle que necesitaba su amor en mi vida y eso me cambio, no me hizo perfecto, sigo teniendo arrebatos, sigo siendo imperfecto, pero de algo estoy seguro, no soy aquel que no quería saber nada de Él, por eso te digo necesitamos ser transformados de Saulo a Pablo, necesitamos que la luz de Jesús ciegue nuestra vida actual, para que podamos ver el propósito de Dios en nuestras vidas, para que comencemos a caminar acorde no a un hombre, no a una enseñanza o teología y menos a una religión, sino acorde a Jesús, es que no podemos quedarnos indiferentes cuando realmente tenemos un encuentro con Él, por eso creo que lo que más urge en este tiempo que estamos viviendo es encontrarnos con Jesús, el no necesita un edificio, un llamamiento al altar, una oración pastoral para que podamos ser transformado, Él lo único que necesita, es que nuestro corazón este dispuesto, en ese cuarto donde estas, en esa puerta o banqueta donde estas sentado, allí en el escritorio de tu trabajo, en el carro, en el taxi, en donde quiera que estés, allí puede Jesús cruzarse en tu camino y transformarte, anímate, talvez hace un tiempo te encontraste con Él y sientes que el fuego de ese encuentro se ha ido apagando, recuerda que los discípulos que iban en el camino a Emaús estaba igual, pero Jesús camino con ellos, hasta que les fueron abiertos los ojos de que estaba caminando al lado del maestro, “ Se decían el uno al otro: —¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras? Lucas 24:34”, solo Jesús puede hacer arder de nuevo tu corazón, hoy es el día para que busques de nuevo encontrarte nuevamente con Él, de nada sirve sobrevivir a esta pandemia mundial, si al vencerla seguiremos siendo los mismos que éramos antes, debemos de vencer esta enfermedad, pero en el proceso, volver a encontrarnos con aquel que transforma, aquel que cambia completamente nuestra vida y ese no es otro que Jesús.