Jehová es mi pastor; nada me faltará. Salmo 23:1
Si observas detenidamente a los niños, ellos siempre tienen algo que pedir, por ejemplo un castillo, un carro a control remoto, un bicicleta, una Tablet, pero vayamos a algo mas sencillo basta con que tu le des un billete a esos niños y los pongas frente a una tienda, pueden pedir hasta que el tendero les diga que ya no les alcanza, ellos tienen la misión de gastarse todo el recurso que se les ha dado, por lo menos la gran mayoría de niños hace eso, recuerdo que yo casi nunca tuve mas de 25 centavos para llevar a la primaria, porque ese era el límite, pero un día creo que fue por un cumpleaños me dieron un billete de Q 20.00 yo me sentía el dueño del mundo, mi mamá me pidió que no me llevara el billete a la escuela, pero como un muy buen hijo, por supuesto no iba a obedecer, me lleve el billete y lo primero que hice (así como lo estas pensando), fue invitar a mis amigos, recuerdo que les dije ustedes pidan yo pago, me quedaron 50 centavos en menos de dos minutos me había gastado mis infinitos Q 20.00, la felicidad que sentí cuando me dieron ese billete era totalmente opuesta a la tristeza que me invadió al recibir 50 centavos, esa felicidad se había esfumado como lo hizo el recurso que la había provocado, sabes la única ventaja que tuve es que era un niño, ya que pude reponerme de esa tristeza casi de manera inmediata, basto con que empezara el partido de fútbol en el recreo y listo, esa es la facilidad que tiene un niño para recuperar su felicidad, no necesita mas que un instante, el problema es que con los años ya no somos así, nos cuesta y mucho reponernos de situaciones similares, porque a diferencia de los niños, nosotros los adultos comenzamos a ser felices cuando “todo va bien”, otra vez para que nadie se ofenda, hablo de la mayoría no de todos, pero como adultos siempre buscamos llenar nuestras “necesidades” una casa, un trabajo, un buen sueldo, un vehículo, una carrera, la solvencia económica y pareciera que nuestra felicidad comienza a depender de lo que logramos y tenemos en lugar de lo que somos, sí tú no eres todo lo que puedes comprar o tener, tú eres valioso por las cosas intangibles que tienes, como tus principios y valores, pero eso pareciera que deja de ser importante entre más nos dejamos llevar por la sociedad de hoy en día, sabes eso ha creado un ”ciclo de la necesidad” y lo peor es que lo hemos llevado a la iglesia y hoy la mayoría de mensajes que se escuchan son sobre la “prosperidad”, la mayoría de palabras que recibimos de los predicadores es sobre un nuevo trabajo, un nuevo tiempo, una nueva casa, un viaje, una nueva empresa, un aumento de sueldo, al final también el “ciclo de la necesidad” se apodero de los púlpitos y varios predicadores, hoy encontramos hasta pastores que se afligen por la baja recaudación de las ofrendas o diezmos, hoy encontramos a pastores endeudados a mas no poder, porque le dieron prioridad a llenar ese ciclo de necesidad en lugar de confiar que Dios sabia cuando, como y donde darles lo que necesitaban, no lo que ellos anhelaban, sabes David tenia un gran conocimiento de Dios, porque para escribir una frase como “Jehová es mi pastor, nada me faltará” había que tener conocimiento de Dios, porque el no nos da según nuestros anhelos porque los mismos están corrompidos por nuestro entorno, no me crees, entonces contéstame, de que te sirve tener una casa mas grande, si la que hoy tienes es perfecta, para que quieres un carro del año, si el que hoy tienes no te ha fallado, para que deseas un mejor sueldo, si el que hoy tienes ha cubierto tus necesidades, para que deseas un mayor templo, si aun no se llena el que tienes actualmente, no nos equivoquemos, caminar en FE no es anhelar cosas para ser mejor dentro de la sociedad, caminar en Fe es aceptar todo lo que Dios tiene dispuesto para nosotros en el futuro, aunque mucho de ello no sea para llenar nuestro ego, aceptémoslo, hoy nuestra felicidad pareciera que depende de cuanto tenemos o cuanto conseguimos a través de una oración, una siembra o una palabra, parecemos aquel niño con el billete de Q 20.00 pero sabes esa felicidad es momentánea, debemos de aprender que nuestra felicidad será completa cuando aceptemos que Jehová es nuestro pastor y por lo tanto nada nos faltará, vamos rompe ese “ciclo de la necesidad” y comienza a vivir dependiendo de Jehová porque el mejor que nadie sabe cuales son nuestras necesidades.
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