Confíen a Dios todas sus preocupaciones, porque él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:7 PDT
El día viernes recibí una llamada de un pastor que estaba bastante preocupado por la situación actual, estaba en negación total, a causa de la larga espera de volvernos a reunir físicamente en los templos, trate de ayudarlo lo mas que pude, pero note que esa preocupación iba mas allá de los problemas actuales, los cuales solo eran la gota que derramo el vaso, sabes cuantos podemos estar a un problema de ahogarnos, sabes cuantos estamos a un problema de la depresión, si a los cristianos también le pasa, a los pastores también les pasa, a quien crees que Dios le había dirigido este versículo, por supuesto que a los cristianos, el sabía que íbamos a afrontar preocupaciones, no solo una vez, sino que casi todos los meses, porque déjame decirte que no todos tenemos las mismas preocupaciones, sino que todos tenemos diferentes, porque talvez lo que para ti es una preocupación, para otra persona no lo sea, las preocupaciones vienen en medida de la responsabilidad que vamos adquiriendo, por ejemplo las del trabajo, del estudio, de la casa, de alguna enfermedad, de la iglesia, etc. por eso es que nadie esta a salvo de sentirse preocupado, pero Dios nos dice que confiemos, porque Él cuida de nosotros y eso es todo lo que debemos de hacer, no exige nada más, solo confiar, pero es allí donde este tema cobra relevancia, ya que pareciera una contradicción, si estamos preocupados es difícil encontrar confianza, porque las preocupaciones lo único que hacen es llenarnos de dudas, de que podría pasar si no logramos solucionar algo, recientemente me paso a mí, no entiendo ni porque, no podía dormir, me llene de tantos pensamientos, de la empresa, de la iglesia, de mi familia, de la casa, hasta del carro, fue un bombardeo constante de todo lo que no me había preocupado en años, no quiero decir que no le pongo importancia, sino que simplemente no hay problemas, pero yo me transporte al futuro, pensando que con lo actual, los problemas podrían llegar, fue bastante fuerte, que lo único que dormí ese día fue una hora y pase el siguiente día, no de mal humor, pero bastante al límite, por lo que antes de irme a dormir al día siguiente me quede despierto esperando que todos se fueran a dormir y me sincere con Dios, no sabía exactamente porque había pasado de estar bien a estar muy pero muy preocupado, recuerdo que le dije esas preocupaciones te las doy, no las necesito y no permitas que el enemigo las vuelva a poner en mi cabeza, realmente tuve paz y descanso esa noche, el secreto de confiar es la oración, es la comunicación constante, cuando tu no oras, piensas que siempre lo debes hacer religiosamente, piensas que Dios no tiene tiempo para ocuparse de tus preocupaciones, todo lo contrario a Dios le interesa que nosotros tengamos una buena vida, una vida que no nos enferme a causa de las preocupaciones, pero debes aprender a orar, debes de saber que la oración es una conversación con Dios, no una declamación de sus cualidades o una lección de cuanto aprendiste de la biblia, recitando versículos sin sentido, lo mas sencillo es una oración sincera, ora por tus preocupaciones, háblale a Dios de ellas, así te parezcan a ti pequeñas y sin importancia, eso ayudara a que tu confíes en Dios y tengas la certeza de que el se encargara de cada una de esas situaciones que hoy en día no te están dejando tranquilo, debemos de aprender a descansar en Él, porque sino llegara el momento en que te ahogaras, el momento en el que te rendirás y comenzara a parecerte que tu vida no va a ningún lado, así que te invito hoy, a que confíes todas tus preocupaciones, porque Dios siempre tiene cuidado de nosotros hasta del más mínimo detalle.
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