María tomó entonces como medio litro de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Juan 12:3 NVI
Alguna vez has experimentado la presencia de Jesucristo en tu vida de una manera tangible, te aseguro que sí, es algo que espero de todo corazón lo hayas podido experimentar, porque realmente cambia nuestra vida y ojalá no solo una vez, sino varias veces, es como un refresco a nuestra vida, pero sobre todo nos cambia la vida, sino mira lo que le sucedió a Saulo cuando tuvo ese encuentro con Jesucristo, se convirtió en Pablo, mira lo que sucedió con los discípulos que iban camino a Emaús ellos sentían como su corazón ardía, cuando estaban con Él, observa como Bartimeo recibió la vista después de estar frente a frente con Jesús, o como 5,000 personas perdieron la noción del tiempo, sin importar si era hora de la comida, ellos querían seguir aprendiendo del maestro, que me dices del paralitico del estanque de Siloé como fue sanado cuando se encontró con Jesús, pero quien más me llama la atención, es la mujer que derramo un litro de nardo puro, sobre los pies de Jesús y los secaba con sus cabellos, es una actitud admirable porque estaba reconociendo que estaba delante del maestro, delante de quien partió el tiempo en dos, delante de quien murió en una cruz a causa de nuestros pecados y resucito al tercer día, aunque todo eso la mujer no lo sabía, pero nosotros aun sabiendo todo esto y más, no tenemos la actitud de esa mujer, sino todo lo contrario tomamos la actitud de Judas Iscariote que pensamos que bien podemos tomar otra actitud, cuando realmente lo único que deberíamos de hacer es postrarnos a los pies del maestro, pero a causa de nuestro orgullo o nuestras ocupaciones ya ni siquiera podemos reconocer cuando estamos delante de la presencia de Jesucristo, nosotros los cristianos debemos ser los primeros en reconocerlo, debemos ser los que anhelemos estar delante de su presencia para ser cambiados, pero no lo hacemos, nos resistimos, no queremos renunciar a nuestro status quo, no queremos dejar nada atrás, porque nos sentimos bien y felices viviendo la vida como nosotros queremos, es que reconocer a Jesucristo es darle la espalda a todo aquello que no está bien en nuestras vida, solo basta con que leas la biblia y te darás cuenta que Jesús hablaba sobre los pecados perdonados y ya no pecar más y es allí donde esa visitación ya no se hace tan agradable, pero es necesaria en nuestras vidas para tener un cambio total, para que seamos personas y seguidores acordes a Él, por eso es que muchos cristianos hoy en día son completamente indistinguibles dentro de la sociedad, dentro del trato con las demás personas, por eso que el perdón está tan ausente en nuestras vidas, por eso es que hay tanto ego y orgullo en nosotros ante los demás, por eso es que somos altivos y violentos con aquellos que nos enfrentan, creo que hoy mas que nunca todos necesitamos y estamos urgidos de un encuentro con la presencia de Jesucristo, lo único que debemos de hacer es dejar de lado nuestro orgullo e ir con humildad, buscar todos los días ese encuentro, no como una obligación, sino como una necesidad de transformación, para que nuestra vida sea cambiada totalmente y podamos ser esas personas de la segunda milla, esas personas que puedan ir y predicar el evangelio por medio de sus actos antes que por su voz.
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