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PRÓDIGO




Iré a la casa de mi padre, y le diré: Padre he pecado contra Dios y contra ti. Ya no merezco llamarme tu hijo; déjame ser como uno de tus trabajadores. Lucas 15:18-19 PDT 

Siempre esta ha sido la parábola que más me gusta de la biblia, es increíble comprender el amor del padre a través de los ojos del prodigo y es que cuantos no hemos estado en esa situación, cuantos cambiamos la maravillosa presencia de Dios, por agasajarnos en el mundo, cuantos no hemos escogido otro camino,, que no sea el que Dios preparo para nosotros, creo que todos hemos tenido un momento de hijo pródigo, el problema es que a muchos los ha convencido la “sociedad religiosa” de no volver al padre, si contrario a lo que la biblia dice, cuantos han tenido el miedo de volver por el miedo a ser juzgados y criticados, cuantos han recibido una disciplina indiscriminada, por reconocer el pecado que tenían, pareciera que Jesús iba en una dirección y la religión va en otro, es triste saber cuantos pródigos hemos perdido por culpa de nuestra falta de amor, es doloroso pensar en cuantas personas estarían ahora disfrutando de vivir de la gracia de Dios, pero en lugar de eso, andan peleando con la religión, cuantos pródigos queriendo volver al hogar (iglesia) fueron ignorados, no pudieron contar con otra oportunidad, por culpa de la desconfianza de las autoridades, recuerdo una anécdota bastante controversial en su momento, de un muchacho que llego un día acompañado de su mascota, el vivía en la calle por culpa de sus malas decisiones, el le robaba a su familia para vender las cosas y tener para sus vicios, por lo que su familia termino sacándolo de la casa, un día lo veo entrar en la iglesia acompañado de su perro, recuerdo haberme reído, porque cuando creía que los jóvenes no podían sorprenderme más, siempre había alguien que lo lograba, hasta ese momento habían llegado jóvenes en bicicletas, patinetas, patines, con aretes, con tatuajes, con piercing, con vestimentas poco adecuadas para la iglesia, con ratones, recuerdo que uno llevo un hurón o algo que se le parecía y muchos la gran mayoría de ellos terminaron quedándose, pero ese día se derribaron todas las ocurrencias, cuando vi al perro, fui a hablar con este muchacho y le pregunte ¿No muerde?, el me dijo no, entonces listo no hay más explicaciones bienvenido, luego en la refacción, que por cierto también se le sirvió al perro, nos explico que él vivía en la calle y no podía dejar al perro solo, porque era quien lo cuidaba, lo llevaba amarrado con un plástico, recuerdo que hable con un amigo y le dije el próximo domingo le conseguimos una cadena, pero no contaba con la religiosidad de una de los lideres generales de la iglesia (ojo antes de que también te florezca la religiosidad debes de comprender que ese grupo de jóvenes era diferente a todo lo que has conocido), definitivamente no hablo conmigo, porque ya sabían como era, pero fue a hablar con él, le dijo que no podía llegar a la iglesia con ese perro, si insistía en traerlo, que mejor no llegara, para no hacértelo largo el próximo domingo que llego, la persona que cuidaba la puerta de la iglesia no permitió que entrara, fue la ultima vez que lo vi, no se creo que este prodigo estaba interesado en buscar de Dios, pero iba a tener un proceso de varios domingos para lograr cambiar, pero no lo permitimos, tu me vas a decir que es ilógico dejar entrar a un perro, claro pero dime no es más ilógico dejar entrar un ladrón que se roba las ofrendas disfrazado de pastor, no es ilógico dejar entrar a la amante del líder disfrazada de diaconisa, no es ilógico dejar entrar al hombre violento que acaba de mandar al hospital a su mujer después de la paliza que le dio, pero no se le dice nada por ser líder de alabanza, a la maestra de niños que tiene mas novios que días del mes, creo que a los pródigos no se les da la misma oportunidad, cada vez que veas a alguien con intenciones de volver a los brazos del padre, reconócelo de lejos, corre a abrazarlo y has una gran fiesta, no te apartes a causa de su olor, de su vestimenta, de su pecado, mejor abrázalo, hazle saber que estábamos esperándolo, porque lo creas o no, esa es nuestra gran comisión, claro posiblemente no tendrás estos casos tan exagerados como los que te conté de estos jóvenes, pero aunque no lo creas hoy son lideres de un grupo, algunos otros ministros de alabanza y otros siguen en los caminos de Dios, entonces se que siempre vale la pena recibir al prodigo con todo lo que eso conlleva, porque algún día alguien nos recibió a ti y a mi sin importar qué, cuando olvidas eso, es cuando te fijas en los patines, en los tatuajes, en el perro, en la forma de vestir, pero cuando te acuerdas de como llegaste, es cuando sales corriendo a abrazar a esa persona que ha decidió volver a los caminos de Dios, oremos porque a nuevos comienzos lleguen cientos de pródigos para que juntos hagamos una fiesta por cada uno de ellos y los acompañemos en su proceso de restauración.

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