“Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.”
Filipenses 2:9-11 NTV
La iglesia es un lugar para tender puentes y no para levantar muros, es una de las primeras enseñanzas que aprendí en mi vida, la iglesia nace de la necesidad de llevar la palabra de Dios a toda criatura, no nace como un grupo exclusivo de élite, tampoco nace con el fin de hacer famosos a los ministros, debemos de volver un poco en el tiempo y te aseguro que ni Pedro, ni Juan, ni Pablo y mucho menos los demás discípulos, estaban buscando el ser famosos, no se peleaban por quien los trataba con mas respeto, hoy pareciera que tenemos una necesidad urgente de que en la iglesia hayan títulos, ojo no estoy hablando del llamado que Dios le hace a cada persona, sino que pareciera que ahora es mas importante el titulo antes de cualquier cosa, el problema radica cuando el titulo te aparta del propósito, es mil veces mejor ser una persona sin título eclesiástico pero cumpliendo el propósito que Dios puso en su vida, a tener todos los títulos pero haberte olvidado del propósito de Dios, recién estaba reflexionando sobre este tema, porque alguien me envió un video en donde se puede observar que un “Pastor” esta humillando a un servidor de su iglesia, realmente es triste ver como se esta propagando dentro de nuestra religión este tipo de comportamientos, hoy pareciera que es mas importante el nombre del ministro que el de Jesús, estamos negociando la fama contra el llamado, cuando en realidad nuestra misión es llevar el evangelio a toda persona, aun cuando eso significa que debes de quitarte el título, que mejor ejemplo que el de Jesús quien no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente tomando la naturaleza de siervo (Filipenses 6:6-7) Jesús no se aferro a su título, ¿por qué nosotros entonces debemos de enfocarnos tanto en ello?, si un título lo va a separarte de los miembros de la iglesia, mejor déjalo de lado, porque el único nombre que merece ser exaltado es el de Jesús, no te preocupes el llamado que te hizo Dios siempre estará, porque no depende de tu título, sino de tu corazón, de lo que realmente hay en ti, con que intensiones haces las cosas, pero te aseguro que si es para exaltar el nombre de Jesús y no el tuyo propio, Dios te va a sorprende ya que definitivamente eres un siervo fiel y es allí donde se encuentra el secreto de la bendición.
Tal vez hoy tu puedas decir no tengo un título en la iglesia, no he tenido esta clase de problema que mencionan en este devocional, no te preocupes atesora lo que acabas de leer, porque en el momento que llegue tendrás la conciencia de que el título puede ser un estorbo para acercarte al pecador, reflexionemos hoy en la importancia que tiene en nuestra vida el título y si encontramos que estamos equivocando las cosas, tomemos el camino correcto que es exaltar el nombre de Jesús.
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