“Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre.”
Salmos 23:3 NTV
Creo que todos de un momento a otro nos preguntamos ¿Hacia dónde?, en algún instante de nuestras vidas ha venido con todas las fuerzas esa pregunta, seguida de ¿Será el camino correcto?, si esas preguntas existenciales que se presentan en el momento de mas duda, cuando nuestra cabeza es un manojo de dudas, cuando pareciera que crecer duele y que no tenemos rumbo fijo, solo encontramos la fuerza para seguir avanzando pareciendo que hacia la nada, sabes me imagino cuando Moisés huyo de Egipto y se dirigió al desierto, como se sentiría ese hombre, creo que pensó que en ese momento iba a morir, regresar no podía, porque iba a ser acusado de asesinato, por un instante metete en su vida, que harías tu si de pronto te encontraras rodeado por arena solamente, en el desierto no hay compañía, no hay forma de buscar un camino correcto solo avanzar, pero aun en medio de todo ese silencio, aun en medio de su huida, Dios tenia un plan mucho mayor para él, solo debía de apartarlo de todo para trabajar su carácter, debía de dejar que sus pasos encontraran el camino a su propósito, claro puede que tu tengas muchos ejemplos de personajes bíblicos o aun de personas que conoces que se encontraron en una situación de duda, pero terminaron encontrando su propósito en Dios, no puedo definir con exactitud porque Dios lo hace, pero si se que Él siempre tiene un propósito, el problema es que siempre dudamos, cuando no vemos nada delante de nosotros, nuestra cabeza comienza a jugar con la duda, transformando nuestra fe en desesperación, las personas que nos importan también parecieran ponerse de acuerdo para señalar que de seguir como vamos no encontraremos solución o salida, pero es en ese momento en donde debemos de confiar enteramente en Dios, sabes hace muchos años me encontraba en una montaña completamente perdido con varios amigos, la persona que nos llevó a esa montaña nos dijo, solo sigan al oeste, si lo hacen van a llegar al punto de reunión, lo que omitió explicar fue cuanto tiempo debíamos seguir, nosotros pensamos inocentemente que era solo media hora, equivocación fatal, caminamos casi 10 horas, atravesamos cercos, alambres de púas, inclusive unos perros nos corrieron cuando estábamos a punto de llegar, fue un sufrimiento total, no recuerdo cuantas veces las personas que iban conmigo nos preguntaban cuanto falta, estas seguro que es por aquí, me lo preguntaban porque el único que llevaba una brújula era yo y lo único que se me ocurría decir en esos momentos era la brújula única que vamos bien hacia el Oeste, fue una odisea, un gran recuerdo, pero hoy una gran ilustración, tu y yo tenemos una brújula que es completamente certera y es que como lo dice el versículo de hoy El nos guía por sendas correctas, cuando dudes si el camino es correcto, confía en Dios, aunque no se vea hacia donde, si tu confianza esta en Él y no en los hombres, encontraras la transformación de tu vida, así como lo hizo Moisés en ese desierto.
Tomate unos minutos para reflexionar cuando fue la ultima vez que te sentiste perdido y si hoy te sientes así, atrévete a confiar nuevamente en Dios y levanta una oración porque Él y solo Él te guiara por las sendas correctas.
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