¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Santiago 3:11 NVI
Imagina que tienes demasiada sed y te dan una limonada bien fría, el vaso hasta suda de lo frío que se mantiene el liquido, al cual también le agregaron hielo, tu corres para agarrar el vaso y comenzar a tomar esa deliciosa limonada, pero justo cuando vas a la mitad, ese sabor tan delicioso se vuelve vinagre, ¿que sentirías? Algunos diremos que asco, por supuesto quien comienza a tomar una bebida para que esta cambie de sabor, ese es el problema de los cristianos de ahora, tú podrás decir que siempre y lo podré aceptar, pero en esta generación se marca muchísimo mas, el día domingo o los días de servicio los cristianos tenemos esa necesidad de parecer cristianos, llegamos alegres al servicio, oramos con fervor, cantamos nuestros cantos a todo pulmón, escuchamos la palabra y puede que se nos escape algún amén, pero al salir, comenzamos las platicas en doble sentido, maltratamos en el trafico, peleamos en la casa, nos quejamos que al otro día hay que ir a trabajar, chateamos con amigos que nos llevan chismes, compartimos publicaciones que no son adecuadas, de pronto ese cristiano que tanto quería ir a la iglesia ha desaparecido, cambio su agua dulce por agua salada, claro puede parecer una exageración de mi parte la narrativa que estoy utilizando, pero en realidad eso nos sucede en menor o mayor grado, a causa que nuestro corazón aun no ha cambiado, no hemos dejado que Dios trabaje en nosotros, siempre estamos evitando darle las áreas que tanto nos gustan, porque sabemos que no es correcto lo que hacemos y seguro Él nos pedirá que cambiemos, claro es el pensamiento que tendemos a tener los cristianos, pero déjame presentártelo de otra manera, supongamos que estas estudiando una carrera y estas a punto de graduarte solo te falta un curso y lo llevas ese primer semestre, haces de todo con tal de aprobarlo y lo pierdes, te inscribes otra vez, no puede ser que un curso evite tu graduación y pones el doble de esfuerzo por ganarlo y lo vuelves a perder y así sucesivamente vas perdiendo una y otra vez, no importa que tengas 200 cursos ganados sino ganas este no te gradúas, ¿como te sentirías?, te aseguro que frustrado, imagina como se siente Dios al ver cristianos que tienen tanto tiempo en la iglesia y no permiten que Él trabaje en sus corazones, imagina como se siente Dios cuando sales de la iglesia, pero por tu manera de actuar pareciera que no llegaste ese día, imagina cuantos años por culpa de nuestra necedad, llevamos reprobando con nuestras actitudes la obra que el Espíritu Santo quiere hacer en nuestras vidas, de esto es lo que habla nuestro versículo, una fuente no puede dar agua dulce y salada, o decide dar agua dulce o salada, así somos los cristianos no hay medias tintas o estamos haciendo lo que agrada a Dios o estamos viviendo desagradandolo, no hay término medio, ¿tu que clase de fuente eres?
Reflexionemos, como nos hemos estado comportando, que situaciones nos impiden dar el agua adecuada, porque llegamos a ser de esta manera, no nos hemos cansado acaso de luchar contra ese pecado, sabes el único que puede ayudarte es Dios, pero tu debes de comprometerte a ser una fuente de agua dulce, tomate un instante, reflexiona acerca de tu manera de actuar y ora, Dios esta dispuesto a obrar en ti.
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