Pero ustedes deben tener cuidado de que su libertad no haga tropezar a los que tienen una conciencia más débil.
1 Corintios 8:9 NTV
Navegando por el Internet, me tope con una imagen que dice mucho de como nos comportamos hoy en día, en la primera parte de la imagen hay un lobo comiéndose a una oveja acompañado de un texto que dice “es natural que un lobo ataque a una oveja”, pero en la otra parte de la imagen hay varias ovejas comiéndose a una oveja acompañado de un texto que dice “pero no es natural que las ovejas ataquen a una oveja”, sabes esa es la situación desafortunada en nuestras iglesias, hoy en día pareciera que gobierna la iglesia el grupo más astuto y aquel que no este a favor de ellos, será criticado duramente, claro todo eso disfrazado desde el velo del legalismo y la voluntad de Dios, lo que duele, es que estas personas que actúan de esta manera, no se dan cuenta que no solo lastiman a una persona, sino que sientan un precedente, el cual afecta a las demás personas en su camino de buscar a Dios y es allí donde cobra sentido el pasaje del día de hoy, nuestras acciones no solo afectan a una persona, sino que hacen tropezar a las personas que nos rodean, recuerdo que hace unos años, estaba bastante cargado con los problemas que tenía y acudí a una cena con personas cristianas, que en la buena teoría tenían un grado superior de espiritualidad, mi sorpresa es que durante las 2 horas que duro la cena, nunca se hablo de Dios, se usaron palabras fuera de lugar, criticaron a cuantas personas conocían, las cuales yo también conocía, armaban planes de cómo hacer para que las personas obedecieran, preparaban series de predicas con tal de criticar desde el pulpito a las personas, yo de esa cena salí peor de como entre con mi fe, estaba decidido a abandonar mi fe y por supuesto la clásica afirmación “para ser un cristianos así mejor no ser cristiano”, ellos nunca supieron cómo habían afectado mi vida espiritual y ese es el problema hoy en día en nuestras iglesias, actuamos según nos parece, pero no somos consientes de como afectamos a los demás, si los lastimamos, si estamos invitándolos a que dejen la iglesia, no tenemos ese alcance, pensamos que ser una piedra de tropiezo, significa enseñarle a pecar a otra persona, cuando a veces somos mas tropiezo viviendo un evangelio lleno de intrigas y mentiras, formando alianzas, criticando a todo el que no piensa igual, abusando de nuestro puesto o llamado, utilizando la biblia en contra de otros, cuando realmente la biblia es una carta de amor que debería servir para atraer al pecador, revestimos nuestras opinión de legalismo y religiosidad, eso no es iglesia, eso no es el evangelio, no hagas tropezar a los que tiene una fe mas débil, se transparente, se honesto, si cometes un error o pecado no trates de ocultarlo, no seas un Saul dentro de tu iglesia, si tu pasión ya no es la misma, siéntate vuélvete a llenar y luego sigue, pero ya no seamos tropiezo para nuestros hermanos y cuando veas a alguien criticando o manipulando a otro, recuérdale este verso, corrígelo con amor, pero por favor corrígelo, no defiendas al que esta haciendo tropezar a los demás, solo porque es tu amigo, todo lo contrario aplica la palabra Dios , más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa (Proverbios 27:6), no temas haces un mayor bien siendo sincero, aun si eres la única persona que lo hace en tu iglesia o dentro de tus conocidos, pero es mejor la sinceridad a ser un tropiezo, recuerda siempre que hacemos tropezar a alguien no solo su vida es afectada sino la de sus amigos, familia y conocidos, que seamos criticados por amar, perdonar y restaurar, ese debería de ser el principio por el cual hacemos todo, porque fue lo que Jesús hizo aquí en la tierra y por tanto es lo que estamos llamados a realizar.
Reflexionemos, ¿Cuántas veces hemos sido piedras de tropiezo? ¿Cuántos pleitos hemos comenzados con tal de imponer un punto de vista? Pero sobre todo a cuantas personas que hemos hecho tropezar la hemos ayudado a levantarse, nuestra oración hoy debe ser tener el valor para afrontar la crítica, saber que no todos opinaran igual que nosotros, pero sobre todo que podamos ser revestidos del amor que hubo en Jesús, que aun sabiendo de Judas lo iba a traicionar le permitió mojar el pan en su plato.