No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, ¿cuándo ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano. No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
Mateo 7:1-6 NVI
Una de las cosas mas complejas de la sociedad o que por lo menos, es de lo que más me cuesta entender, es la necesidad que todos tienen de opinar sobre un tema, aun sin saber absolutamente nada de dicho tema, cuando he tenido la oportunidad de dar consejería, el principal problema con el que me he topado, ha sido la opinión que todos tienen del asunto que esta afectando a la persona que estoy aconsejando, esas opiniones hacen mucho daño, pero parece que a las personas no les importa en lo mas mínimo, siempre tienen algo que decir y si eso afecta a la persona, a su familia, ministerio, trabajo, no importa, lo único que parece importarle a la sociedad es dar su punto de vista, he escuchado a personas que son devastadas no solo por el pecado que cometieron, sino por la manera en la que los demás están opinando sobre ese tema y hoy con las redes sociales todo ha empeorado y creo que llegara a niveles exponenciales, hoy todos comentan lo que publican las personas, sin realmente saber que fue lo que sucedió, es interesante pero todos tienen “algo que decir”, si tú haces una rápida búsqueda en tu navegador sobre este tema que ahora llamamos ciberacoso, te darás cuenta que muchos jóvenes se quitaron la vida, a causa de la presión que tenían, por lo que los demás pensaban sobre un asunto determinado, yo he tenido que vivir esto, cuando estaba en la primaria recuerdo que a mi madre se le ocurrió comprarme unas medias para jugar fútbol que eran tremendamente “horribles”, pero lo había hecho con un enorme sacrificio, entonces tenia que honrarla, teniendo el valor de usarlas y así lo hice, lo que nunca se me va a olvidar, fue todo lo que me dijeron cuando me las vieron puestas, todos opinaban, hasta los maestros, recuerdo llegar a la casa y gritarle a mi madre por haberme comprado unas medias tan feas, pobre mi madre no tenia nada que ver en el asunto, en básicos me volvió a pasar, solo que esta vez fue por unos tenis que me regalaron, pero mi catedrático de matemáticas me dio una lección de vida que me ha servido hasta el día de hoy, me dijo no te sientas mal, todos siempre tendrán “algo que decir”, pero nadie te viene a comprar otros tenis, nadie te pregunta cuanto te costaron, con que esfuerzo tus padres te lo compraron y recuerdo las palabras exactas que vinieron después de esto, “si vives de la opinión de los demás, estas muerto en vida”, eso me marco, fue algo que no aprendí, en ninguna iglesia, fue algo que aprendí de un profesor que saco la iglesia de las cuatro paredes, me dijo apréndelo, aunque se te olvide todo lo que te he enseñado, que esto jamás se te olvide, la verdad fue la mejor lección que él me dio, vivir bajo la opinión de los demás es molesto, es desgastante, es horrible y esclavizante, no existe nada peor que esto, dejarse manipular por lo que un líder, amigo, hermano, conocido, vecino, compañero de trabajo dice, es lo peor que podemos hacer, debemos de vivir bajo nuestros principios morales, no importando a quien le agrade o no, y lo digo claro esto no es rebeldía, sino que es aprender a valorar los consejos y no las opiniones, los consejos siempre te harán una mejor persona, las opiniones siempre serán parcializadas por lo que las personas conocen, por ultimo aprendamos a valorar a las personas que se toman el tiempo de preguntar y respetar lo que tenemos que decir, esas son las personas que dan los mejores consejos, las que se entrometen, las que opinan, solo porque tienen un titulo o puesto en determinada organización, no les prestes atención, recuerda todos tienen “algo que decir”, pero muy pocos tienen “el valor de preguntar y respetar nuestra opinión”
Reflexionemos, ¿Cuántas veces has hecho algo a causa de la opinión de los demás? ¿Cuánto pesa en ti lo que los demás opinen?, nuestra oración hoy debe ser para que Dios nos guíe a personas que nos aconsejen, personas que valoren y aprecien la confianza que depositamos en ellos y nos aleje de los que solo opinan sin importar el daño que nos hacen.