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LA ERA DE LA INOCENCIA

 


'Entonces Jesús les dijo: —Dejen que los niños vengan a mí. No se lo impidan porque el reino de Dios es de los que son como ellos. ' Mateo 19:14 PDT

Cuantas veces jugaste a que estabas dentro de un cuento, cuantas veces inventaste uno, te podría asegurar que casi todos teníamos una imaginación infinita cuando éramos niños y hay algunos, talvez pocos los que siguen teniendo esa capacidad de imaginación, es que en el proceso de crecer, hemos aprendido a negociar con nuestro niño interior para que este guarde silencio, precisamente viendo un documental reflexionaba sobre el éxito que tuvo Disney en Tokio, el presidente de ese parque dijo, “tenemos tanto éxito porque aquí se le da licencia a nuestro niño interior para poder expresarse, entonces el adulto no se preocupar por quien lo esta viendo o quien lo esta juzgando”, me encanto ese enunciado, la sociedad nos ha llenado de un montón de reglas, para acallar todo lo que tenga que ver con la inocencia y la imaginación de un niño, es talvez por eso que nos cuesta imaginar como será el cielo, siempre tratamos de ver el cielo a través de los ojos de alguien más, talvez por lo mismo nos cuesta imaginar el tener éxito, el alcanzar alguna meta, porque estamos tan llenos de paradigmas sembrados en nuestro cerebro a través de las diferentes experiencias que hemos tenido a lo largo de nuestra vida, pero es allí donde entra el mensaje de Jesús “dejad que los niños vengan a mí”, no está solo refiriéndose a esa edad física, sino a la inocencia y la imaginación que solíamos tener en ese tiempo, pero que por la prisa de crecer y de avanzar en la vida, hemos dejado de un lado, creo que es el momento justo de retomar nuestra inocencia, abrazar sin odiar, perdonar sin exigir, sonreír sinceramente, mirar a través de la misericordia y por supuesto hablar sin intensiones ocultas, todo ello tiene que ver con la inocencia, ser esos niños que corren a los brazos del padre, esos niños que no tienen miedo a decirle a su padre que lo necesitan, esos niños que se inspiran a ver a su padre y sueña con parecerse a Él, de esos niños hablaba Jesús, así que yo te invito hoy a que puedas darle lugar a tu niño interior, no a reprimirlo, sino realmente a dejarlo expresarse para que vuelva a llevarte a esa edad tan hermosa y bella, la edad de la inocencia, donde solo faltaba un poco de imaginación con una pizca de fe, para poder llegar a la luna, para viajar en el barco más grande que haya visto el océano, para que una caja de cartón fuera el castillo más hermoso jamás construido, aquel niño o niña que creía en un mundo justo, honesto y donde no había tiempo para revanchas ni envidias, creo que todos debemos dejar que nuestro niño vaya hacia Jesús, para que no exista nada imposible para nosotros y confiemos totalmente en lo que Dios puede hacer en nuestra vida a través de su gracia y misericordia.


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