Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones. Santiago 4:3 NVI
He escuchado tantas veces la frase “pidan y Dios les va a dar, porque así esta escrito”, y eso ha hecho que constantemente estemos pidiéndole a Dios, sin analizar lo que estamos pidiendo, por eso Jesús antes de exclamar que pidiéramos, nos da una catedra de oración con el Padre Nuestro, lo que pasa, es que esta frase que les menciono ignora totalmente el contenido del Padre Nuestro, siempre he dicho que no podemos agarrar solo el versículo que nos gusto e ignorar que hay pasos previos que debemos llevar a cabo, el Padre Nuestro, habla de hacer la voluntad de Dios, perdonar ofensas, no caer en tentación, haciendo un resumen muy básico, entonces si estamos haciendo la voluntad de Dios, hemos perdonado a los que nos ofenden y nos hemos mantenido íntegros, entonces pidamos, pero si vemos nuestras peticiones muchas veces no son la voluntad de Dios, sino todo lo contrario somos movidos por el orgullo, el ego, o por cosas que realmente no necesitamos en nuestras vidas, claro habrán peticiones en nuestra lista muy nobles, pero igualmente ¿por qué las hacemos?, creo que debemos antes de comenzar a pedir, limpiar nuestro corazón, es lo valido y lo genuino que debemos hacer, no podemos esperar algo si nuestro corazón mantiene odio, rencor, contienda, porque entonces nuestras peticiones irán en ese sentido, abriéndote mi corazón, recuerdo el primer año que entre a trabajar a la empresa donde trabajo, comenzaron a masificar los celulares, recuerdo que como yo ganaba muy poco, aun cuando quería ser parte del plan corporativo de la empresa, no me tomaron en cuenta, de pronto todos en la empresa tenían su teléfono móvil y como puedes imaginar el único que no tenia era yo, recuerdo que pase dos meses pidiéndole a Dios que me proveyera uno, claro nunca llego la respuesta, hable con un conocido que me consiguiera un móvil y tampoco pudo, trate de comprar un teléfono móvil de procedencia dudosa y tampoco, recuerdo que después de tres meses tenía una frustración total con Dios, yo oraba todos los días antes de dormir, me tomaba una media hora, pero después de tres meses orando con fervor y con lagrimas de frustración, había decidido declararme en rebeldía, pero como siempre que iba a dormir, mi mamá me decía no te olvides de orar, yo le dije a mi mamá ya no lo voy a hacer, porque Dios no atiende mis peticiones, durante tres meses he enfocado mi oración todos los días en que me dé un teléfono y no me lo da, no sirve de nada estarle pidiendo a Dios sentencie, entonces mi mamá con su sabiduría habitual me dijo, ¿por qué oras?, por lo que Dios te pueda dar o porque lo amas a Él, tu sabes que Dios te ama y Él no te va a dar algo que no te conviene, con que dinero vas a pagar el teléfono, con que dinero vas a pagar un plan, es por eso que no ha venido a ti ese teléfono, habrán momentos en tu vida que vendrán las cosas cuando tu tengas la capacidad de tenerlos, pero no para compararte a los demás, cuánta razón tenia mi mamá, me dio una gran enseñanza, primero debo alistar mi vida, para recibir lo que voy a pedir, sabes cuantas personas han venido reclamando que Dios no concede lo que piden, pero sabes cuantos estaban en la misma situación que yo me encontraba, las peticiones vienen cuando trabajas tu vida para recibirlas, no por los motivos incorrectos, sino porque se convierten en parte de tu vida, creo que esa frase que tanto se repite, omite todo esto, pero hoy debemos de analizar, ¿qué estamos pidiendo? y si nuestra vida esta acorde a esas peticiones o no, en lugar de frustrarnos y molestarnos con Dios debemos de trabajar en nosotros primero y te aseguro que esas peticiones cambiaran, después de ese consejo no volví a pedir un teléfono, me olvide de pedirlo, al año de esa charla vino de forma inexplicable, pero yo ya estaba listo, no se trata de que Dios no lo puede hacer, se trata de si estas listo para recibirlo.
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