No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia. Juan 7:24 NVI
Hoy nos basamos por lo visible y hemos ignorado que hay muchas cosas que en su momentos son invisibles, por ejemplo la honradez, la moral, la ética, en su momento cuando conoces a una persona estas son invisibles, pero a su tiempo y momento se convierten en una carta de presentación de las personas, hoy como sociedad le damos demasiada importancia a las cosas que vemos, existe un refrán muy utilizado por los coach motivacionales, que dice “te tratan como te ven”, entonces enfocan una gran cantidad de dinero en asesores de imagen, en personas que les digan que color les va con su tono de piel, que tipo de corte de pelo tiene que tener, hasta que accesorios usar, es más los políticos hoy en día pagan cualquier cantidad de asesores solo para que les indiquen que colores proyectan seguridad, firmeza, empatía, esto con el fin de ser electos, pagan hasta quien les escriba sus discursos, todo es una falsa a nivel interno, pero para nosotros o los electores todo es real, parece que el político es impecable, que tiene una gran cultura por esos enormes discursos, pero al final el solo lo lee, vendemos lo visible, pero ignoramos lo invisible, lo único que olvidamos es que Dios esta mas enfocado en lo invisible que en lo visible, Dios no ve lo de afuera, no ve el color de zapatos, tu peinado o la ropa de marca que hoy tienes puesta, Dios ve la intensión de tu corazón, lo que para otros es invisible, para Dios es completamente visible y hasta termina siendo determinante para el propósito que tenemos en la tierra, debemos aceptar que nos hemos vuelto personas que ponemos más énfasis en lo visible, pero creo que no todo esta perdido, creo que hay un remanente en la iglesia organizada que esta siendo guardada para ver la justicia con la que actúa una persona, que ve su honestidad antes que la marca de ropa, que ve su humildad antes que el vehículo en el que llego, que ve la bondad antes que la ofrenda, que ve el deseo de servir antes que el móvil que tiene, creo que todavía hay esperanza, debemos de volcar nuestro corazón y nuestra vida, en agradar a Dios por medio de lo que para la sociedad es invisible, lo oculto, lo que en un principio como te decía no es tangible, pero que tiene gran valor, nuestros principios, nuestra integridad, nuestro carácter, nuestro humor, nuestra honradez y humildad, nuestros pensamientos, todo aquello que hace que las personas quieran estar contigo, de nada sirve que seas un maniquí de marketing, si por dentro estas podrido, no vayas a comprender mal, esta bien que te arregles, esta bien que te renueves con un nuevo peinado u otra forma de maquillarte (solo mujeres), pero no te esfuerces solo en ello, si pones empeño en tu apariencia, por favor pon el doble de esfuerzo en lo que hay en tu corazón, pon el doble del tiempo en transformar tu interior y así agradaras a Dios, creo que como iglesia organizada debemos de cambiar la manera de predicarle a los demás, no se trata solo que escuchen, sino que lo lleven a la practica en su vida diaria, eso realmente transformara lo invisible en visible y por fin podrán ver que somos íntegros en todo aspecto de nuestras vidas.
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