'¿Por qué tengo que estar tan angustiado y sufrir tanto? Confía en Dios. Volveré alabarlo por haberme salvado. ' Salmos 42:5 PDT
No sé si has tenido la oportunidad de ver a una persona que se esta ahogando, ojala solo lo hayas visto en las películas, en los Scouts tuve la oportunidad de experimentar como un amigo nuestros estaba ahogándose, gracias a Dios no hacia mas de un año que habíamos recibido un curso de como rescatar a las personas que se encontraran en una situación así, estábamos pasando una prueba para la especialidad de nadador, que consistía en entrar al agua con ropa y salir de ella solo con la pantaloneta puesta, no era fácil, habíamos pasado un buen tiempo entrenando para esa prueba, este muchacho sabía nadar y había realizado el entrenamiento con nosotros, pero por algún inconveniente al quitarse el sudadero quedo enredado y se desesperó al no podérselo quitar, el gran problema de las personas que mueren ahogados es la desesperación, llegan a un punto en donde se agitan tanto, que acortan el tiempo del posible rescate de algún salvavidas, en el caso de este muchacho nos lanzamos 3 personas a ayudarlo, obviamente al salir, el estaba tan desesperado que comenzó a pegar grandes bocanadas de aire, fue una escena bastante fuerte, ver como un amigo estaba en esa situación y ese punto de desesperación, en la noche en la fogata tradicional de los campamentos, el narro ese momento y dijo, no importa que tan preparado estés para afrontar una situación, la desesperación llegara, si no tienes la capacidad de calmarte en medio de esa circunstancia terminaras ahogado, hoy precisamente durante la madrugada Dios me recordaba aquel momento que me toco vivir, porque hoy en día habemos muchos cristianos que nos estamos ahogando y estamos desesperados, eso hace que no pensemos adecuadamente, que no tomemos las decisiones adecuadas, que solo veamos ese momento y no nos proyectemos mas allá, en ese platica con este amigo alguien le pregunto y le dijo que pasaba por tu mente y él le respondió nada, era tal la desesperación que sentí que mi cerebro dejo de funcionar, obviamente el cerebro de este amigo funcionaba, pero estaba tan desesperado que no podía procesar adecuadamente lo que el cerebro le decía, sabes cuando estamos desesperados no podemos escucharnos nosotros mismos, menos vamos a escuchar a Dios, no digo que no llegara la desesperación, no tienes idea de las veces que lo he vivido, pero he aprendido que debo calmarme antes de tomar una decisión, mira cuantas personas han tomado la decisión de quitarse la vida en medio de la desesperación, cuantas personas se han metido a deudas impagables en medio de la desesperación y aunque te suene gracioso, cuantas personas han decidido casarse en medio de su desesperación y luego se arrepienten de no haberlo pensado mejor, por eso es que debemos gestionar adecuadamente la desesperación, ya que no podemos evitar que nos sintamos así, pero si podemos dejar de tomar decisiones en situaciones de desesperación, para terminar sabes cual fue el problema de este amigo en aquella piscina, un botón, fue el no haber quitado un botón lo que hizo que casi muriera ahogado ese día, cuando emprendimos el camino de regreso él nos lo comento, analizando ya mas tranquilo la situación, me di cuenta que había olvidado desabotonar el cuello, cuando estaba ahogándome sabia que tenia que hacerlo, pero podía más mi sensación de salir, muchas veces cuando estamos desesperados la solución no es tan compleja como lo vemos en ese instante, solo debemos calmarnos y analizar, puede ser que la solución sea tan simple como un botón, además tenemos una gran ventaja Dios esta con nosotros y en medio de esa desesperación también nos esta hablando, por lo que debemos de calmarnos para que podamos escuchar lo que está diciendo.
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