Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. Juan 15:5 NVI
Cuando tu vas al mercado o cuando tu familia va al mercado o supermercado y compras fruta, casi nadie piensa en el árbol que lo produjo, cuando tu estas comiendo una manzana, casi nunca piensas en el árbol, nunca te preguntas ¿cuántas manzanas iguales a esa que te estas comiendo pudo haber producido ese árbol?, solo la comes y la disfrutas, sabes así son los frutos del Espíritu, son frutos que no tienen que ser alabados por las persona a la que pertenecen, sino por el trabajo del Espíritu Santo que hay en esa vida, hoy en día en las iglesias se recoge el fruto pensando más en el árbol que en el fruto, es posible que el árbol del manzanas que produjo aquella manzana que tanto te gusto comer, también haya producido frutos insípidos, por lo mismo es que para nosotros como personas debe ser importante el fruto, y no tanto el árbol, hoy en día estamos más acostumbrados a ensalzar a las personas y darles renombre, porque en algún momento tomamos un buen fruto de ellos, pero perdemos de vista lo que realmente es importante, el fruto, antes que la fama, el fruto antes que las reverencias, así está definido, así lo dejo Dios no tratemos de cambiarlo, algún día esa vida dejara de producir, ya sea porque se alejo de ti, ya sea porque murió, ya sea porque se alejo de Dios, pero eso no quiere decir que no existan mas frutos que provengan de otras personas que Dios esta poniendo en tu vida, hoy veo con mucha tristeza como las personas persiguen personas no sus frutos, como las personas se sienten cómodas al lado de personas que hace años no producen buenos frutos, todo porque se fijan más en el nombre que en el fruto, imagina este ejemplo, tú que tienes una finca donde hay miles de arboles de manzanas, pero a ti te gusta comer las manzanas solo de un árbol, el fruto de los demás lo desperdicias porque solo dejas que caigan al suelo y que se pierdan, solo estas interesado de uno porque así te enseñaron, porque así crees que es lo correcto, con el tiempo conforme vas creciendo, te vas dando cuenta que el fruto esta más escaso en aquel árbol que tanto te gusta, porque desafortunadamente esa es la ley de la vida, los demás arboles se volvieron más frondosos, aun con más manzanas pero tu sigues viendo el árbol esperando que en la próxima cosecha produzca más fruto, pero desafortunadamente eso no sucederá y un buen día te das cuenta que en tiempo de cosecha ese árbol que tanto te fanatiza, que tanto te gusta, no dio una sola manzana, todo lo contrario comenzó a secarse y todos los demás arboles están dando sus frutos y mejores de los que algún día tu pudiste probar de aquel árbol, pero decides que te quedaras, creo que tanto tu como yo pensamos que eso es necedad, sabes ¿cuándo pasa eso en nuestra vida espiritual?, ¿cuándo un hombre se vuelve más importante que Dios?, cuando nos olvidamos de quien creo esos árboles, hoy veo cristianos tan dependientes de líderes iluminados, que al final se han olvidado de Dios, sabes porque el Señor habla de los frutos, porque las personas pasaran, los que hoy están, mañana no estarán y si tu no rompes esa paternidad enfermiza, esa dependencia de las personas, cuando ellas falten no sabrás a quien mas acudir, no se trata de fijarse en el árbol, sino en aquel que puso esos árboles en ese lugar y ese es Dios, sé que este devocional no puede parecerte tan popular por lo que habla este día, pero esto es real, debemos de recordar que todo pasará, más la palabra de Dios no pasará, esta bien que disfrutes del fruto que las personas pueden tener para tu vida, pero depende solo de Dios, no lo olvide.
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