Cómo extrañamos el pescado que comíamos gratis en Egipto, y los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos. Ahora nos estamos muriendo de hambre y todo lo que vemos es este maná. Números 11:5-6 PDT
Durante este confinamiento, nuestra comunicación con las personas que queremos o amamos es por medio de la tecnología, las redes sociales o algún software de videoconferencias, lo cual hace que el confinamiento no sea tan impactante, pero también hace que constantemente nos estemos encontrando en las redes sociales, personas que se quejan por todo, porque no pueden ver a sus amigos, porque no pueden salir a comer, porque el gobierno no hace nada, porque los hospitales están saturados, porque un vecino salió contagiado, porque no puede ver al novio o a la novia, porque tienen que ir a trabajar, porque tienen que quedarse en casa, porque hay toque de queda, porque no hay toque de queda, porque hay que cambiar al ministro de salud, porque los diputados no hacen nada, porque las empresas privadas no ayuda, porque lo que da el gobierno no alcanza, porque la caja de alimentos que da el gobierno no trae nada bueno, porque les rebajaron el sueldo, porque el Internet esta lento, porque comemos lo mismo, porque hay que usar mascarilla, porque nos mandan a nosotros a hacer mandados, porque hay tráfico, porque no dejan que nos reunamos, etc, no sigo escribiendo, pero créeme llenaría todo este devocional de simples quejas, es interesante ayer hablaba con mi mamá de que Dios puede desaparecer este virus en un instante, si aunque nos cueste creerlo, Dios puede hacerlo, pero también le dije que creía que no hemos entendido o aprendido lo que Dios desea que aprendamos en este momento de la historia, porque los mismos cristianos somos los que estamos quejándonos por todo, siempre tenemos una queja cada día y muchas no tienen ni siquiera nada que ver con la enfermedad que esta azotando al mundo, sino por nuestra costumbre tan especial que tenemos de quejarnos por lo que haga falta, hay tanto parecido hoy en día entre los cristianos y el pueblo de Israel cuando fue liberado de la esclavitud en Egipto, como puede ser que un esclavo se este quejando de su libertad, como puede ser que un pueblo que era castigado, que hacía trabajo forzado, que no tenía derechos, este quejándose ahora de su libertad, pero así mismo como puede ser que los cristianos, teniendo comida en su mesa, familia con quien convivir, un lugar para poder descansar o dormir, vestido, calzado, tecnología, eso y mucho más, estemos todo el tiempo quejándonos, en lugar de agradecer, si tu comienzas a leer el capítulo 11 de números, encontraras que Dios se enojó tanto que envió un fuego que incendió los alrededores del campamento y todo fue provocado por las quejas, no será que Dios esta esperando que agradezcamos por todo lo que tenemos hoy en día, para obrar en nuestro país, la queja no sirve de nada, si hay algo que me molesta de mis dos hijos, es cuando mutuamente se están quejando uno del otro, porque deberían de ser agradecidos de tenerse el uno con el otro, me imagino a Dios esperando que nos despertemos para agradecerle por un nuevo día, por nuestra familia, por el lugar que nos ha provisto para vivir, por el trabajo que tenemos, por la oportunidad de estar sanos, por el sustento que ha provisto estos mas de 80 días de confinamiento, hay tanto por ser agradecidos y tan poco por que quejarnos, pero no hemos comprendido aun el mensaje que Dios tiene para nosotros en medio de esta pandemia, si tu eres una persona que se considera cristiano, creo que hoy es el día para cambiar de actitud, dar gracias por todo, no te olvides de nada, y ya deja de estar usando la tecnología solo para sumarte a la múltiples quejas del mundo, mejor demuestra que los hijos de Dios somos agradecidos por todo lo bueno que ha y seguirá siendo.
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