Ir al contenido principal

EVALUACIONES



Pues los caminos del hombre están delante de los ojos del SEÑOR, y El observa todos sus senderos. Proverbios 5:21 

Lo preguntare con miedo de que alguien conteste positivamente, a quien le gustaban las evaluaciones en el colegio, escuela o universidad, era como un día de tortura, creo que nunca fui un genio para los estudios, aunque mi promedio era bastante bueno, pero me tenia que esforzar mucho para conseguir una nota alta, por eso odiaba las evaluaciones, siempre he pensado que no puedes reducir a un examen toda una vida de estudio o una año de tu vida, espero no ser el único que se identifique con esto, pero el día del examen, la gran mayoría de amigos estaban con caras de desvelo, algunos estaban pegándole la ultima ojeada a los apuntes, otros estaban en la típica conversación de que crees que vendrá en el examen, alguno diciéndote hasta el ultimo momento hay me das copia, pero era innegable que ese día el ambiente cambiaba, más aun cuando veías llegar al catedrático con los exámenes, no había marcha atrás, durante una hora ibas a jugarte el año o la carrera, en ese momento ya no importaba si estabas nervioso, si estabas pasando por un momento difícil con tu familia, igual tenias que examinarte, al salir todos parecíamos volver a respirar, aunque las típicas preguntas no faltaban ¿qué pusiste en la 7?¿Hiciste la gráfica? Siempre había algún despistado que contestaba ¡Que grafica!, por supuesto en todos lados había algún presumido que salía diciendo, que fácil estuvo el examen y ahora los nervios de esperar la nota, de saber si habías respondido adecuadamente, sabes todas estas emociones y recuerdos de nuestra vida de estudiantes, la traemos a nuestra vida cristiana y por eso es que nos ponemos tan nerviosos cuando sabemos que Dios examina nuestros caminos, solo el escuchar examina, nuestro subconsciente asocia ese examinar con la misma sensación que tenias cuando te pasaban un examen, comenzamos a pensar ¿daremos el nivel? y si Dios me dice que estoy mal y comenzamos a llenarnos la cabeza de un montón de requisitos, que no deberíamos de tener, peor aun si asistes a un lugar donde te califican hasta la manera en la que vas vestido, conocí a una persona que cuando le extendí la invitación a la iglesia, me dijo que prefería no ir, porque en la ultima iglesia donde estuvo, le asignaban el lugar por como iba vestido, ya que como hacían transmisiones por televisión, hasta adelante solo podían sentarse los que estaban bien vestidos, por eso te digo nos llenamos de tantos requisitos que nada tiene que ver con lo que Dios examina de nosotros, olvídate si fuera por vestirnos bien, todos los diseñadores de moda estarían en el cielo, otros podrán decir es por cuanto sabes de la biblia, de entrada creo que yo estaría descartado ya que tengo un problema con aprenderme la numeración de algo, te puedo decir en que libro esta tal pasaje, pero si me pregunta capitulo y versículo, se me dificulta y así fue en toda mi vida de estudiante, por eso odiaba, estudios sociales con las fechas de fundación de países, fechas de guerras, etc, pero si fuera así todos los que tienen memoria fotográfica estarían en el cielo, ahora otros podrán decir que si somos perfectos, olvídate habría que presentar una queja sobre Pedro, sobre Pablo y que decir del rey David, el cielo estaría vacío, sabes la manera en que Dios examina no es la misma manera en la que examinan las personas en la iglesia, no es la misma manera en la que examinan las autoridades eclesiásticas, Dios examina nuestro corazón, sabe de nuestra imperfección, conoce que nos equivocamos y muchas veces lo hacemos de una manera muy grande, pero es allí donde entra la gracia, porque esta a la espera de ese arrepentimiento genuino de nuestra parte para resolver esa equivocación, así que no te pongas estresado con todos los requisitos que han impuesto los eruditos de la iglesia, en cuanto a la santidad o a la perfección, Dios evalúa nuestro corazón, allí donde los eruditos no pueden dar su opinión, no te descartes, no pienses en si das o no la talla, mejor analízate y si hay algo que tu consideras que no esta bien, hablalo con Dios, pon arrepentimiento genuino en tu corazón y la gracia de Dios hará el resto, al final aquellos que te juzgan o que te imponen modelos a seguir, también ellos tendrán que dar cuentas de sus caminos, la santidad no significa ser santo, sino equivocarse y arrepentirse, tratar de seguir a Jesús en medio de tanta imperfección que tiene nuestra vida y aun así no darnos por vencidos en buscar de Él cada día.

Comentarios