considerando como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto; porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Hebreos 11:26
No sé si te pasa a ti lo mismo que a mí, cuando te hacen un regalo te emocionas, si aun con la edad que tengo me emociono, no importa si viene empacado o no, siempre me alegra el momento, porque es algo que no esperaba, lo primero que hago es verlo por todos los ángulos, luego miro solo por compromiso el manual si lo amerita y pronto comienzo a usarlo, claro si me conoces no me gusta que me regalen ropa (por el tema del gusto), pero siempre hago lo mismo, trato de emocionarme como un niño, aunque déjame contarte que no siempre fue así, creo que desde que comencé mi noviazgo con mi esposa, fue que volví a tener emoción por los regalos, la culpa de que los regalos no me gustaban era de mi papá, si como lo leíste, mi papá la navidad del año que se fue de la casa, nos llevo regalo tanto a mi hermano como a mí, yo personalmente experimentaba una felicidad contenida, porque mis amigos me habían dicho que cuando los papas se separan, siempre daban buenos regalos como compensación, entonces yo esperaba el mejor regalo, mi sorpresa es que me dio una caja mas o menos pequeña, cuando abrí ese regalo adentro había un cincho, fue frustrante en gran manera, porque era un regalo al cual yo no le veía utilidad, que adolescente utiliza o quiere cincho, desde ese día toda expectativa que podía generar un regalo, paso a mejor vida, así fueron los años subsiguientes, en especial si mi papá me daba un regalo, ya no sentía ningún tipo de emoción recibirlo, menos abrirlo, sabia que mi papá daba los peores regalos, porque te cuento todo esto, porque no está muy lejos de nuestra manera de ser con Dios, ya que si Dios no nos otorga lo que queremos, nos molestamos, nos frustramos, perdemos todo agradecimiento, por todos los demás regalos que nos da, incluso perdemos nuestro agradecimiento por el mayor regalo que nos ha dado y esa es la salvación, es interesante pero muchas veces entramos en un berrinche religioso, entramos en una etapa donde queremos saber todo, menos de Dios, porque pensamos que “no es un buen padre por no darnos lo que queremos”, sabes hoy en día, muchos años después casi 25 años, he aprendido a ver ese regalo de otra manera, mi papá no me regalo lo que quería, sino lo que necesitaba, yo quería lo que otros adolescentes tenían, pero el estaba tratando de quitarle un gasto a mi mamá, claro mi edad o mejor dicho mi madurez, no alcanzo a ver en su momento que era un gran regalo, recuerdo que esa noche era tanta mi frustración, que me fui a encerrar, de pronto frente a la ventana de lo que era la sala en ese entonces, mi papá le decía a mi mamá, no entiendo porque es tan mal agradecido tu hijo, sabes ese cincho me costo Q 125.00, en ese entonces esa cantidad por lo menos para nosotros era muchísimo, no me puse ese cincho en todo ese año, pero cuando comenzaron a exigirnos el cincho en el colegio, te podrás imaginar cual fue el que use, los cristianos no apreciamos el precio que se pago por nuestra salvación, sabemos y nos conmovemos por la muerte de Jesucristo en la cruz, pero lo despreciamos, porque lo cambiamos por un buen carro, una estabilidad económica, una pareja, los amigos, un smartphone, por cada capricho que se nos ocurra pedirle a Dios en oración y el como buen padre nos otorga lo que necesitamos, no lo que deseamos, talvez tu hoy estés diciendo ¿Hasta cuándo me darás lo que tanto te pido?, en lugar de agradecer porque te proveyó para el plato de comida que hoy estará puesto sobre tu mesa, en lugar de agradecer por haber despertado el día de hoy, hay tantas bendiciones que nos rodean, que nuestros caprichos y nuestra falta de madurez espiritual no permiten que veamos y en nuestro corazón exista un mayor agradecimiento por todo lo que Dios nos da, por eso emociónate con cada bendición de Dios, talvez en su momento lo que tanto anhelas es lo que menos necesitas, pero eso no quiere decir que con los años lo vas a tener, pero todo es a su tiempo y no al nuestro.