Pero murió Elimélec, esposo de Noemí, y ella se quedó sola con sus dos hijos. Estos se casaron con mujeres moabitas, la una llamada Orfa y la otra Rut. Después de haber vivido allí unos diez años, murieron también Majlón y Quilión, y Noemí se quedó viuda y sin hijos. RutRut 1:3-5 NVI
Una mujer luchando por su familia, sus tres hijas viviendo con ella y dos nietas, con una más que está en camino, son expulsadas del lugar donde viven, no tienen recursos, no saben que hacer, la persona que le dio su palabra sobre que podían vivir en ese lugar repentinamente cambio de parecer y hoy está expulsando las de esa tierra, un joven que una noche más es golpeado por su padre alcoholizado, y por si eso no fuera todo prácticamente no ha comido nada en varios días, la servidora que tiene que estar dando la mejor actitud, aún sabiendo que ha orado por años pidiendo que su esposo cambie, pero pareciera que al contrario cada vez está más lejos de Dios, la señorita que hace unos días vio como su hermano era sentenciado a 20 años de prisión por un crimen que no cometió, todos estos relatos son historias reales que he tenido que escuchar en todo este tiempo de ministerio y estoy poniéndote la más generales, pero hay un montón de historias mucho más fuertes, mucho más oscuras las cuales mejor trato de reservarlas, a lo que deseo llegar con esto, es que muchas veces nos imaginamos momentos difíciles en nuestra vida, pero en realidad son ¿difíciles? O solo les ponemos esa etiqueta porque las cosas no están saliendo como deberían de ser, nos sentimos arrinconados por la situación, talvez porque no nos alcanzó el dinero para comprar un nuevo teléfono, o Gálvez para algún otro gusto, o a lo mejor alguien se enfermó o hubo otra emergencia que no teníamos prevista y eso nos hace sentir arrinconados o que es un momento difícil, cuando en realidad al pensarlo muy bien y leer estas historias lo nuestro solo es un inconveniente y no una situación difícil, creo que debemos de dejar de ser tan individualistas y pensar en si realmente es necesario afligirnos y cargarnos tanto por un tema en específico o bien por tener la certeza en nuestro corazón, sobre que esto también pasará, que de una u otra manera vas a encontrar la salida a esta situación, creo que debemos de pensar en las demás personas sobre sus situaciones, no como un chisme sino como un recordatorio de que hemos sido bendecidos y debemos ser agradecidos aún en momentos en las cuales las cosas no salen como deberían según nosotros, en la biblia hay una historia muy conocida sobre Ruta, la mujer que afrontaba la muerte de su esposo y de su cuñado, de un día para otro se vio en medio de la incertidumbre y el dolor, pero en lugar de echarse para atrás en esa situación, buscó una salida y decidió hallar gracia para superar ese duro momento, nadie imaginaba el fin que iba a tener esa mujer, absolutamente nadie podría pensar que ese momento se iba a transformar en una enorme bendición, sabes muchas veces nos ahogamos en un vaso con agua, trata de no estar viendo la situación actual cuando sea difícil, sino proyectate más allá, ve más adelante en el tiempo porque Dios hará y obrará y lo que tú imaginabas como un momento difícil, solo era temporal y el trampolín para algo más grande, aprendamos a ser agradecidos todo el tiempo y a orar por aquellos que están en situaciones más apremiantes que la nuestra.