Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, 1 Tesalonicenses 5:12
Una de las muestras mas grandes de humildad que podemos tener, es reconocer el talento de nuestro prójimo, que mejor tiempo para hacerlo, cuando el mundo vive del individualismo, cuando vivimos mas conectados, pero mas aislados de nuestro prójimo, hoy hasta nos cuesta agradecerle a un servidor en la iglesia por el servicio que realiza, ya nadie agradece al que te abre el portón, al guardia de seguridad, al que te prepara la comida, etc, vivimos para el yo interno y por eso, nos cuesta tanto entregar un reconocimiento, parece totalmente contrario, pero en realidad para que tu tengas reconocimiento, antes debes tener la cualidad de reconocer el talento de los demás, todos nacimos con diferentes talentos, pero muy pocos los aplaudimos, todo lo contrario, los ocultamos tratando de minimizar esos talentos, recuerdo que al nada mas entrar a la universidad, el primer día, los catedráticos en su mayoría, tomaron un tiempo para exaltar la carrera que habíamos escogido y también para denigrar a las demás facultades, a las demás carreras y de inmediato se sembró en nosotros ese divisionismo, era prohibido aplaudir el logro de otra facultad, solo podíamos admirarnos de los que habían decidido seguir la misma carrera, sabes ese es un error muy grande, porque si tomamos el ejemplo de una casa, es el topógrafo quien de inicio hace el estudio del suelo, luego el arquitecto diseña los planos de la casa y el ingeniero civil la lleva a la ejecución, luego para las puertas llamamos al herrero o al carpintero dependiendo de que material vamos a usar, luego para decorar la casa, llamamos a un decorador de interiores, para al final, colocarle toda la tecnología necesaria por medio de un ingeniero en electrónica o sistemas, como puedes observar el secreto no es quien es mas importante, sino reconocer el talento de los demás, imagina que el albañil no tenga cuidado y deje tapados con cemento los tubos o ductos de la electricidad, no importa que tan bonita haya quedado la casa, no podrá tener energía eléctrica porque no habría por donde pasar los cables, por eso es que debemos de reconocer el talento, porque si todos hacemos las cosas con excelencia, todo caminara de acuerdo al plan de Dios, así que deja de querer buscar reconocimiento por todo, tu no eres bueno en todo, tu solo no puedes resolver todos los problemas, reconoce el talento de tus padres, de tus hermanos, de tus hijos, de tu familia, aprecia al compañero de trabajo que tienes a la par, porque él hace que la compañía funcione, al igual que tú, todos somos importantes, pero debemos de hacerlos sentir como tal reconociendo sus virtudes y talentos, en la iglesia sonríele al servidor, agradécele cada vez que puedas por el servicio realizado, aprecia al que hace la limpieza, al que se toma el tiempo para proyectar, reconoce el talento, dale reconocimiento a los demás, no porque quieras quedar bien con ellos, sino porque comprendiste que la honra, siempre traerá honra y eso nos hará recordar que el reconocimiento se obtiene, reconociendo el talento de los demás.