Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor.
1 Samuel 17:24
Era un día como cualquier otro, pero se notaba en cada carpa la respiración agitada de los hombres, el cielo no contaba con ninguna nube, el sol estaba en su máximo esplendor, pero se alcanzaba a oír la murmuración de los hombres temerosos, llenos de incertidumbre, esperando el llamado de su jefe, para que nuevamente les comiencen a temblar las rodillas, a los minutos escuchan el llamado, dan un profundo respiro, como aceptando su suerte, toman sus armas, aun sin saber bien el porqué, ya que llevan días sin ser utilizadas, se forman, hay algunos hombres que tiemblan pero no es perceptivo para los demás, pero entre los nuevos se alcanza a escuchar como sus rodilleras topan unas con otras temblando de miedo, se volvían a formar, no por respeto, sino por miedo a ser sentenciados a muerte, ya es el día 40, había demasiada incertidumbre, algún otro establa planeando, desde su carpa una rebelión para regresar a su casa y dejar solo al rey, que estaba tan acobardado como ellos, las provisiones eran escazas, el plan original era que para esta fecha, debían de haber derrotado al enemigo y estar de vuelta en sus respectivos hogares, resulta risorio como todos estaban desanimados y llenos de miedo, no había uno solo, dentro de todo ese ejercito que los motivara, porque ni el rey se dignaba a dar un discurso para aumentar su fe, el mas pequeño del ejercito habla con sus amigos y les hace mención del tamaño del rey, es el más alto, el más grande de nosotros a penas le llega al hombro, entonces en definitiva el es quien Dios elegio para enfrentar al enemigo y por eso era el rey, además era su reinado lo que estaba en juego, de pronto ven a un muchachito pequeño, flaco y se veía que no era guerrero, porque olía a o oveja, que está preguntando ¿porque están aun en ese campo?, ¿porque la batalla no ha comenzado? y todos responden que nadie quiere morir, porque esta muy grande el enemigo, ese muchacho pega un salto, para poder ver al enemigo, inmediatamente dice, no esta tan grande, si quieren yo lo enfrento, todos absolutamente todos se asombran, aclaro ninguno confiaba en que ese muchachito iba a ganar, pero por lo menos si lo derrotaba el enemigo y lo mataba, ellos aun siendo esclavos podían volver a sus hogares “a salvo”, por eso lo lanzaron al ruedo, el rey cuando no, esos que viven solo de nombre, inmediatamente le coloca su armadura, para que todos vieran que era el quien iba a enfrentar al gigante, pero ese muchachito no iba a prestarse para eso, se despoja de la armadura, hace remembranza de sus hazañas y su valentía, osos y leones era el menú que se despachaba cada vez que querían despojarlo de algo que era suyo, el enemigo pecó porque lo midió por el tamaño, no por su valentía, pecó porque vio su arma tan rustica y no la agilidad para utilizarla, de pronto comenzó la batalla que había esperado durante 40 días, miles de hombre llenos de cobardía no quisieron iniciarla, pero solo se necesito un muchachito con valor, por supuesto venció, no por su apariencia, sus músculos, su vestimenta, sino por su FE, sabes hoy vivimos como cobardes, porque se nos mide por nuestra apariencia, por nuestros estudios, nuestra vestimenta, los orígenes de nuestra familia, por eso tenemos miedo, parecemos ese montón de hombres temblando, ante lo que parece imposible, por eso me agrada ver niños y jóvenes que creen lo que Dios puede hacer con ellos, aquellos que no debaten, que no escuchan las voces de los religiosos o pastores mal enfocados, sino los que escuchan la voz de Dios, los que están seguros que la Fe mueve montañas, ¿no te has cansado que el enemigo te llame cobarde?, ¿no te aburre que el enemigo se burle de ti?, porque desde hace días o años no has dado ningún paso, tienes meses parado en el mismo lugar, todo por la incertidumbre de lo que te espera, sabes el reto es ser valiente en medio de miles de cobardes, ojala que todos no volvamos valientes y que ya entre nosotros no existan cobardes, sino personas lanzadas a conquistar en nombre de Dios.